martes, 24 de noviembre de 2009

Florencia Ordoñez

FOTOGRAFIA DE TUS OJOS

Suave candor tiene tu mirar
cuánta sensibilidad reflejas
tu brillo tenue
me lleva a una realidad soslayable.

Sereno mi mundo
si percibo lo que divisas.
Espantas la desesperación
que nubla la retina.

Una fotografía de tus ojos
es llenar de pétalos el largo camino de los años.
Despabilas mi vivir aletargado
bello hombre... con esa mirada
¿en mí, qué no despiertas?



RACIONES DE OLVIDO

Me acerco a la ventana. Contemplo la noche en la que el sentido se le ha esfumado. Vuelve hasta mi memoria el encono que creí extraviado.
Conservo un follaje espeso, su mirada toca mi corazón. Él se ha ido, se marchó.
Tanta memoria, tanto dolor. Debo callar, aunque no tengo permitido decir adiós.
Una época florida, retazos de pequeños días felices, su voz.
Deseé perderme en cada otoño. La cordura a las ansias le ganó. Conservo cada minuto de mi vida, prendido va al pensamiento. ¡Vaya qué yugo el que debo cargar por dentro!
Pulsiones de muerte, transformarlas a pulsiones de vida, sin su ser será difícil, tengo la esperanza que podré. Él ha prendido una luz para iluminar la vía que me lleva. A pesar de la gran distancia que nos separa está muy cerca.
En este instante he bajado, decidí recorrer la casa grande de ventanales amplios. En cada espacio me detengo a mirar el mar, está tan embravecido. Tal vez mi vida lo haya imitado. Daría todo para que su persona retornara a mi lado y dejar de recordar los tristes momentos. La hiel que he bebido vuelve. ¡Qué no hubiera dado para no rememorar todo lo que me ha atormentado en el correr de los años! Cambio esta memoria privilegiada, que tanto mal me ha traído por pequeñas y dulces raciones de olvido.