Ella
moradora de nidos y cornisas
caminante de abismos y montañas
con sus pies de tajos
y su llanto de orgasmos
Arquitecta de puentes
y caminos circulares
con su rigor de candado
y su paciencia de llave
Ella
que me castiga y me premia
que me eleva y me hunde
que me besa y me escupe
con sus giros oxidados
de noria lejana
protectora y abandónica
en el último instante, quizás
me prestará el sociego
domingo, 8 de agosto de 2010
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